Que curiosa es la vida, a veces tan jodida.
Te trae recuerdos que no te dejan dormir,
te deja dando vueltas y vueltas sobre el colchón,
terminas asomándote a la calle y con un cigarro,
por si la noche se lleva el humo y los recuerdos.
Son momentos concretos, que llegan sin más…
Luego por la mañana los párpados te pesan,
el café caliente no es que ayude demasiado.
Bajas y al mirar en el buzón el banco te recuerda
que tienes que pagar los intereses de un amor aún no olvidado
Pienso entonces que alguien desde la huerta murciana,
en ese mismo momento me haya recordado y sonría.
Y que quieres que te diga a ti que lees mis palabras,
así es como voy sobreviviendo al mundo en su ausencia,
recordando el suave tacto de su piel con sabor a vainilla.